Asesino de perros. La Policía Local de Vitoria investiga el reciente envenenamiento de más de diez canes en la capital alavesa, de los que cuatro ya han muerto al ingerir una sustancia tóxica camuflada en alimentos. Los hechos ocurren desde el pasado martes, aunque la mayoría de los casos se han registrado el pasado fin de semana. Según ha podido saber EL CORREO, en todos los envenenamientos se ha utilizado la misma sustancia: el Tamic: un potente tóxico empleado contra las plagas masivas de los cultivos, cuyo principio activo es el aldicarb, y que en poco más de veinte minutos puede ser letal para un perro mediano. «Al ingerirlo, tienen diarreas gelatinosas y amarillentas, vómitos, caídas y descoordinación. Se quedan hechos polvo», explicó a este diario Sonia Mújica, veterinaria de la clínica Angulema.
La alarma por el incremento de casos ha provocado que la Policía Local advierta los dueños de los animales que extremen las precauciones y los tengan atados. «Hace pocas semanas ya tuvimos más casos similares a éstos. Estamos investigando, pero es muy fácil arrojar unas pequeñas pastillas en un jardín sin que nadie se dé cuenta. Además, hay casos por toda la ciudad. Por ello, rogamos la colaboración ciudadana», señalaron fuentes policiales.
Los envenenamientos se han producido en diferentes zonas de Vitoria. Dos se han registrado en Aranbizkarra, donde un perro de la raza samolledo, de 12 años, murió el martes pasado en brazos de su dueño, Javier Escribano. «Los perros son como un familiar más. Esto es un asesinato. Estamos abatidos», relataba ayer visiblemente enojado.
Pero las zonas más castigadas por el veneno han sido los parques y jardines del centro. Y es que las clínicas veterinarias de Angulema y Santa Bárbara recibieron hasta seis canes con síntomas de haber sido intoxicados, y en dos casos no pudieron salvar su vida. «Hay que llevar al animal cuanto antes para inyectarle el antídoto -sulfato de atropina- y esperar a que haya suerte», señalaron desde el segundo establecimiento. Fortuna es lo que tuvo Beatriz Arrueta, dueña de 'Kiro', uno de los supervivientes. «Lo bajamos a un jardín de la calle Rioja y comió algo. En menos de 15 minutos se tambaleaba y le salía diarrea por el ano. Le llevamos a la clínica más cercana, Angulema. Allí le lavaron el estómago. Luego volvimos al parque y había costillas rebozadas en unas bolitas negras, de aspecto similar al caviar, por todo el jardín».
San Martín también registró un envenenamiento, donde un can, 'Chulo', murió tras ingerir Tamic. «No tenía convulsiones. Le envenenaron con una sustancia cáustica. Tenía el intestino abrasado», indicó el veterinario de Nanclares, donde fue atendido. Por último, en San Cristobal y Olárizu otras dos mascotas resultaron intoxicadas. Una de ellas murió. «En 2009 ya mataron a otros cuatro perros por aquí. Les metían alfileres entre la carne», apuntó María Jesús López de Silares, vecina de Olárizu, muy preocupada. Desde SOS Vitoria, colectivo en defensa de los animales, Martín Martín, su presidente, no daba crédito a lo sucedido: «Igual que se mata a un perro, pueden hacerlo con pájaros e incluso con un niño».
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