Francisco Valens, joven intelectual, le dará una nueva oportunidad a “Nosferatu”, la famosa película de Murnau de 1922, considerada una de las cúspides del cine mudo. Francisco dice haber visto la película unas 23 veces e, incluso, haber comprado un póster que preside su salón. Sin embargo, ahora reconoce que no ha logrado disfrutar viéndola ni una sola vez. “Es una película capital en la Historia del cine… Si vuelvo a verla y no me gusta, significará que soy un mierda”, explica entre lágrimas.
Francisco, que vive su situación como un drama personal, quiere sinceramente que la joya del expresionismo alemán le guste. “He intentado meterme en la piel de una persona de los años veinte leyendo el artículo de Wikipedia, me he estudiado una biografía de Murnau… Entiendo que es una película importantísima, pero a mí me deja frío en el mejor de los casos”, dice. “Pero es que, joder, yo de verdad quiero que me guste, le pongo ganas”, insiste.
Pese a sus repetidos intentos realizados a lo largo de los últimos años, Francisco encuentra la película cada vez más frustrante y carente de ritmo. “No es por el blanco y negro ni porque no la entienda. Imagino que detrás de ‘Nosferatu’ hay cosas que se me escapan y que hacen que los intelectuales de verdad la disfruten. Soy yo, porque la película no es aburrida, lo dicen en todas partes, pero yo no debo de dar para más”.
Francisco Valens se ha comprado una nueva edición en Blu-Ray del clásico y se dispone a verla esta tarde por última vez. Si vuelve a fracasar, dejará de comportarse como el falso intelectual que es y, probablemente, se decida a ver el Mundial de fútbol. “Si descubro, al ver ‘Nosferatu’ en alta definición, que sigue sin gustarme y que, por tanto, no tengo criterio… en fin, imagino que dejaré de mantener conversaciones sobre cine dándomelas de entendido como llevo haciendo toda la vida. Seré un mierda, todo lo que siempre he odiado”.
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