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El Barcelona se proclamó campeón de Liga por tercera temporada consecutiva tras empatar 1-1 en el Ciutat de Valencia. Los azulgrana se adelantaron por medio de Keita y Caicedo empató antes del descanso al aprovechar una mala cesión de Piqué a Valdés. Los culés logran por vigésimo primera vez el campeonato español.
A los dos equipos les valía el empate y cuando se da esa situación, lo normal es que el partido acabe en tablas. No hubo mucho brillo en el choque que sentenció la Liga... ni falta que hizo.
El Barcelona tuvo la posesión, pero no fue arriba con la determinación de otros días. Excepto Messi, que apura sus opciones por lograr el Pichichi, los culés jugaron con un ritmo por debajo de lo común. Si se tiene en cuenta que en dos semanas se juegan la Champions contra el Manchester United, es comprensible.
Pocas ocasiones
Un dato refleja a la perfección lo que fue el partido. El Barça, un equipo que suele machacar a sus rivales con muchas ocasiones de gol, esta vez sólo hizo dos remates a puerta. Uno de ellos, el de Keita, se convirtió en el 0-1. El maliense remató de cabeza un centro medido de Xavi.
Para no salirse del guión, el Levante empató antes del descanso por medio de Caicedo. El jugador granota aprovechó una mala cesión de Piqué a Valdés para hacer el 1-1.
La segunda parte fue un trámite farragoso para los dos equipos. Messi pudo hacer un gol, pero se topó con el poste. Con la Liga sentenciada para el Barça y la permanencia prácticamente hecha para los valencianos, los últimos 45 minutos sobraron.
No obstante, el triste partido del Ciutat de Valencia no resta ni un ápice de importancia al punto logrado por los azulgrana. El Barça logra su tercera Liga consecutiva y lo hace a dos jornadas del final del campeonato. Esto, teniendo en cuenta el nivel de juego desplegado durante toda la temporada y la talla de su rival inmediato, es mucho. Muchísimo.
